Bonsái ficus
Si sientes pasión y amor por la jardinería y el cultivo de plantas, pero en especial por el ficus, este artículo es el apropiado e ideal para ti. Si tu mayor preocupación es el espacio, pues deberías tomártelo con calma, ya que la tarea principal del bonsái es la de controlar y mantener el crecimiento del mismo para que no lo haga de manera desproporcionada. Si deseas saber mucho más, quédate y acompáñame. ¡Adelante!
Las personas que cultivan, compran o tienen bajo su propiedad bonsáis, son por dos motivos. Uno de ellos es el poco espacio del cual disponen; ya que no poseen un jardín. El segundo, es la atracción y el gusto por cuidar este tipo de plantaciones que han tomado un auge entre la población mundial con el pasar de los años. No te quedes atrás y busca el tuyo.
Pero, ¿qué es un bonsái? El bonsái suele considerarse como un arte, la cual consiste en cultivar árboles y plantas controlando estrictamente su tamaño para que permanezca a uno muy inferior y por debajo al natural. ¿Cómo se logra? A través del trasplante, la poda, el pinzado, el alambrado, entre otros. Esas técnicas son vitales, le dará un estilo único a la planta que desees.
Bonsái es una palabra cuyos orígenes se trasladan a Japón y significa literalmente bon –bandeja- y sai –cultivar-. Tal compenetración tienen ambos significados, que el bonsái es indisociable de la maceta, lo que quiere decir que no pueden ser separados. Un árbol y una maceta forman un bonsái.
Esta arte se generó por primera vez en China hace más de dos mil años, pero en ese país se le conoce como Penjing y no como Bonsái. Es visto como objeto de culto para los monjes taoístas, ya que para ellos es símbolo de eternidad, el árbol representaba una especie de puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. Su concepto es bastante místico.
Ficus bonsái
Cuán más pequeño sea un objeto de nuestro total aprecio, más será la delicadeza y el cuidado que debemos dedicarle a esa cosa. El bonsái entra en esa categoría. Acá te dejaremos una amplia gama de recomendaciones que debes practicar al momento de brindarle el mejor mantenimiento al tuyo.
El bonsái o en su defecto árboles de pequeño tamaño, requieren de un cuidado especializado. No se necesita ser todo un experto en la materia, pero sí cumplir estos al pie de la letra.
Prácticamente tendrás un árbol dentro de tu inmueble o vivienda, pero no te preocupes, este tipo de planta no suele sobrepasar el metro de altura –rara vez lo hace-, también posee una capacidad de dos a diez litros de suelo y masa de raíces.
Es poco habitual que por lo menos las ramas y hojas de un bonsái sobrepasen el metro. Las evidentes y claras diferencias entre un árbol como lo conocemos y uno de maceta –bonsái– suelen afectar la maduración, transpiración, nutrición, resistencia a las pestes y otros aspectos de la biología del árbol como tal.
Así que para mantener en óptimas condiciones un bonsái se requiere, como te dijimos anteriormente, de varias técnicas especializadas de cuidado que te comentaremos a continuación. Tener un árbol dentro de la casa no parece una idea tan descabellada cuando se trata de uno de este tipo, así que es vital que le dediques tiempo, pero ante todo paciencia.
Bonsái ficus cuidados
El Ficus requiere zonas de cultivo con mucha iluminación, aunque conviene evitar la exposición directa a los rayos del sol. Necesita temperaturas altas para sobrevivir, especialmente en invierno, lo que obliga a realizar el cultivo en el interior de un invernadero o dentro del propio hogar en regiones de marcado contraste estacional.
El ambiente debe ser húmedo en la medida de lo posible, debiendo realizar un riego regular en verano y escaso en invierno, se debe dejar siempre que el sustrato se seque antes de aportar más agua. Así todo te saldrá de la mejor manera.
El Ficus se debe desarrollar en un suelo rico y térmico elaborado a partir de compost vegetal y arcilla de carácter calcáreo. El abono resulta necesario cuando la producción de hojas es escasa, para lo cual hay que mantener una dosis semanal mínima durante el periodo de crecimiento.
El trasplante del ficus bonsái se realiza a principios de la primavera, al menos una vez cada dos años, retirando las diminutas raíces que crean una densa maraña en los extremos del cepellón.
Se deben podar las ramas leñosas en invierno, cuando la planta está en reposo. El resto del año, sobre todo en primavera y el verano, deben llevarse a cabo labores de pinzado de los nuevos brotes y de las hojas mayores, para controlar el follaje y provocar la disminución del tamaño del mismo. Conviene eliminar las hojas que comienzan a amarillear, así como cepillar la base del tronco que adquiere tonalidad verde por efecto del exceso de humedad.
La técnica del alambrado es perfectamente válida para el Ficus bonsái, tanto para el tronco como la ramas, pero hay que cerciorarse de que el crecimiento no queda limitado por la alambre, ya que pueden producirse heridas importantes.
Los ficus tienen la capacidad de fusionar partes de la planta que se tocan aplicando un poco de presión. Ramas, raíces o troncos pueden fusionarse y formar atractivas estructuras. Además se puede utilizar esta característica para unir un grupo de plantas jóvenes y hacer que se unan formando un único tronco grueso y fuerte.
También reaccionan muy bien al injerto de aproximación en ramas y raíces, y a otras técnicas de injerto. Si las condiciones de cultivo son ideales, incluso las raíces aéreas pueden ser tomadas de una parte del árbol y ser injertadas en una posición diferente.
Para acelerar el cierre de grandes heridas de poda se puede injertar plantas jóvenes, brotes o raíces aéreas a través de la herida. Estas características hacen que se pueda desarrollar con esta especie una creatividad casi ilimitada, lo que aumenta considerablemente el atractivo del ficus como planta para formar Bonsáis. ¿Satisfecho? Espero que sí, porque ahora te toca a ti cultivar tu propio bonsái de ficus, tendrás entre cientos de especies para escoger.