Ficus interior
Si eres de las personas que prefiere lo natural antes de cualquier otra cosa, sobre todo en cuanto a la decoración de tu hogar, ya sean habitaciones, salas de estar y demás espacios ubicados en el interior de tu vivienda, debes leer este artículo para que te animes a darle un toque diferente a tu domicilio. ¿Con qué? Fácil, la planta del género Ficus, una de las más utilizadas para decoraciones en interiores.
No te de miedo a probar nuevas cosas, anímate a cambiarle totalmente la cara a tu casa hasta dejar boquiabiertos a tus amigos o visitas con el decorado exótico que le darás al interior de tu hogar. ¿Por qué te recomendamos el Ficus? Pues, a parte de ser una de las más utilizadas para este fin, también es fácil de cultivar y cuidar. ¿Cuál especie deberás plantar? ¡Sígueme! Te lo diré más adelante.
Ficus benjamina interior
El ficus que suele usarse para cultivo en interior es el conocidísimo Ficus benjamina. Es tal vez de los ficus que mejor se adaptan a las condiciones de cultivo en interior puesto que tolera bastante bien una luminosidad y una humedad relativamente bajas, así como las temperaturas elevadas propias de los espacios calefactados.
Las hojas pueden ser verdes o variegadas, en este último caso habrá que darle más luz a la planta para que no pierda esta diferenciación. Hay que tener en cuenta que si la luz es muy escasa el ficus, sea normal o variegado puede perder las hojas. La luz solar directa puede producir quemaduras en las hojas, por lo tanto procuraremos evitarla. La temperatura ideal para su cultivo es entre 13 y 24ºC. También es primordial evitar que sufra corrientes de aire.
Sus necesidades hídricas son bastante reducidas pero necesita un poco de humedad ambiental. Pulverizar las hojas de vez en cuando no le irá nada mal. Los riegos en cambio hay que espaciarlos hasta que el suelo esté seco al tacto.
El ficus es una planta de rápido crecimiento lo cual implica que necesita un regular aporte de nutrientes. En primavera y verano que es cuando está en pleno desarrollo hemos de abonarlos una vez al mes, en otoño e invierno lo alargaremos dos meses.
El problema más común que presentan los ficus es la caída de las hojas. Ello, que tan sólo indica que la planta está sufriendo, puede ser causado por diversos motivos. Tanto por exceso como por falta de riego. Por una tasa de humedad ambiental demasiado baja al igual que por falta de luz. Tras un cambio de maceta también puede ocurrirle así como por un cambio de localización.
Si está en un ambiente excesivamente cálido o frío también puede soltar las hojas. Estar expuesto a corrientes de aire también le puede producir esa caída de hoja. Y por último debido a los efectos adversos de las plagas.
Las que con más facilidad atacan a los ficus son las cochinillas y la araña roja. Si aparece una especie de miel transparente entre las hojas es signo inconfundible de que hay una plaga en nuestro ficus. El aceite de nim o neem va muy bien tanto para prevenir como para tratar las plagas del ficus de forma natural.
Ficus interior cultivo
Como suele ocurrir, la gran difusión de estas especies se debe, en buena medida, a que se adaptan muy bien a condiciones de alta temperatura y poca luz y humedad.
Las temperaturas más apropiadas son las que se encuentran entre los 13 y 24 ºC, aunque en general pueden vivir al exterior en zonas que no sufran heladas (es decir, donde la temperatura no baje de 0 ºC) incluso expuestas al sol. Si se cultivan en interior, se debe procurar que les dé la mayor cantidad posible de luz natural.
Necesitan poco riego: dos veces por semana en verano y una en invierno (o incluso menos, en regiones húmedas: cada 8 o 10 días). En general, conviene observar que el drenaje del sustrato sea bueno y que este se halle seco antes de regar de nuevo.
Si las hojas amarillean y tienden a caerse, será una señal de exceso de riego. En tal caso, hay que dejar de regar hasta que la tierra esté seca. Pero si las hojas se marchitan, el problema será el contrario: falta de agua.
Una característica de estas plantas es la secreción de una sustancia lechosa llamada látex. Su función original es proteger al ejemplar de posibles depredadores, además de sanar sus heridas. Contiene hidrocarburos, goma, alcaloides, aceites y enzimas, y durante mucho tiempo se empleó para la fabricación del caucho (de ahí el nombre árbol del caucho).
Hay que tener cuidado con este látex, pues es tóxico para los seres humanos y el mero contacto con la piel puede causar irritaciones.
Ficus interior poda
La poda que se utiliza con estas plantas es sobre todo de formación y para evitar que crezcan demasiado. De hecho, al podar las ramas superiores se favorece un mayor crecimiento de hojas en la parte inferior y se logra que el conjunto gane en frondosidad. Además, como se multiplican por esquejes las ramas cortadas pueden dar lugar a nuevos ejemplares.
En general, tras la poda, el látex de la propia planta debería actuar como una una especie de cicatrizante natural. Pero si se observa que tarda en secar o que podría infectarse, los expertos recomiendan utilizar polvo de carbón o ceniza para acelerar el proceso.
Los ficus son muy resistentes a las plagas. Los agentes que más pueden afectarlos son las cochinillas, que se eliminan con alcohol metílico (aplicado con un trocito de algodón), y la araña roja, ante cuya aparición es conveniente pulverizar una solución de agua y algún acaricida. En menor medida, el ficus puede ser atacado por pulgones o sufrir el efecto de hongos en las hojas o bacterias que generen tumores en las raíces.
¿Parece complicado, cierto? Pero, tranquilo, este artículo te será de vital ayuda para que apliques todos y cada uno de los pasos que te hemos suministrado, así tendrás la mejor decoración de todas en la comodidad de tu hogar.